¡Hola!
Somos Paul e Iva, propietarios de una casa rural de 5 estrellas, situada en el corazón de Extremadura.
En realidad, la casa no iba a ser una casa rural. Nuestra idea era construir la casa familiar de nuestros sueños, un lugar donde nuestros hijos crecieran corriendo por el campo, y donde, finalmente, Paul podría dejar de trabajar en Madrid.
A medida que los planos iban tomando forma, pensamos: «¿Por qué no convertirla en una casa rural donde otras personas también puedan escaparse?». Así que decidimos compartir nuestro rinconcito de Extremadura: una finca con vistas infinitas, total privacidad y lo suficientemente alejada del pueblo como para sentirnos libres.
Pero, las cosas nunca salen como uno espera. Justo cuando estábamos a punto de arrancar, llegó la crisis financiera de 2008 y, de repente, los bancos dejaron de conceder los préstamos. Pasaron cinco largos años hasta que por fin pudimos seguir adelante.
Pero nuestro mayor obstáculo aún estaba por venir: poco después de contratar un préstamo y con la casa ya levantada, recibimos una carta de la Junta diciendo que aquí no podíamos tener una casa rural.
Después de muchas noches sin dormir, llamadas interminables y papeleo agotador, conseguimos cambiar la normativa municipal, cobrar la subvención que cubría gran parte de nuestro préstamo, y abrir a tiempo para evitar la quiebra.
Hoy llevamos más de una década recibiendo huéspedes, siempre dispuestos a charlar cuando les apetece y encantados de dar privacidad cuando no.
Contamos con un chef privado que prepara platos con verduras de nuestra huerta y sabores locales, y ahora conocemos la región como la palma de nuestra mano.
¿Le apetece organizar una ruta por la naturaleza, una visita cultural o buscar un rincón tranquilo para relajarse y escuchar el canto de los pájaros? Lo tenemos todo.
Aquí estamos, listos para recibir a su grupo en nuestro pequeño paraíso extremeño. Vendrán como invitados, se irán como amigos, y puede que hasta con un amor por la vida rural que se quede con ellos para siempre.